Ouled Ayad, una comunidad en los suburbios de Beni Mellal,
región central de Marruecos, en la llanura de Tadla, al pie del Monte Tassemit
(palabra Amazigh significa frío), 2240 m de altitud, entre el Atlas Alto y
Medio, poblada desde Milenios, la propagación de las cuevas lo confirma. Es una
de las grandes regiones de Marruecos que ha conquistado la industria
agroalimentaria y la agricultura de regadío en las llanuras.
En diciembre pasado, una compañía de su propietario,
empresario, especulador de bienes raíces que vive en Rabat había devastado sus
tierras, se convirtió en propietaria de 107 hectáreas de tierras de pequeños
agricultores Ouled Ayad, a un precio de 3 dirhams. Metros 0,27 euros, sobre la
base de un acto oficial. Las 366 familias que conformaban la comunidad entera
se habían apropiado de estas tierras hace más de 150 años, cada familia posee
una hectárea. Hoy luchan contra una nueva colonización que los convierte en
campesinos pobres. La policía y las fuerzas represivas los habían expulsado de
sus tierras y la sociedad había devastado su cultura del trigo para implementar
el proyecto de un gran caballero de la capital Rabat.
Rahma Bouhajra, una campesina de Ouled Ayad, líder de la
lucha de los campesinos por su derecho a la tierra, fue torturada y relajada
después de que la policía le rompiera los dientes, fue procesada y sentenciada
a 4 meses de prisión.
Luchó contra la violación de las tierras de Ouled Ayad, las
autoridades de Beni Mellal han intentado varias veces liquidar este caso, pero
Rahma Bouhajra es una mujer campesina que prefiere morir de hambre en lugar de
traicionar a las mujeres campesinas de su tribu.
La única bolsa de acusación, siempre la misma, es insultar a
los agentes del estado cuando completan su tarea. Sus compañeros habían
organizado sentadas frente a la corte de Bani Mellal, reclamando su libertad y
su debido a la tierra. Una curiosa forma de aplicar la resolución anunciada por
el Estado marroquí de "la restitución de un millón de hectáreas de tierras
colectivas irrigadas a pequeños agricultores".
Los especuladores de bienes raíces en Rabat saben cómo
perseguir a las presas, los nuevos depredadores en crisis financiera, que
encuentran en las tierras de los pequeños agricultores la única solución para
salir. Una política de clase que debe proyectarse y combatirse en el camino de
la lucha campesina a nivel nacional e internacional mediante el fortalecimiento
de la organización de los campesinos pobres en Marruecos.
Testimonio de un granjero:
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